En mi reino nunca se oculta el brunch
Nota: este restaurante cerró sus puertas en Enero de 2016.
Ágape
El Retiro
Calle 80 # 8 - 30
Comida mediterránea, brunch
La sazón: 4,6
La atención: 4,5
La ambientación: 3,8
La relación costo/beneficio: 4,4

Precio promedio por persona: 25 - 50 mil

Mientras buscaba otras alternativas de brunch para no ir de nuevo al famoso Bagatelle, me topé con Ágape, que lo ofrece los fines de semana hasta la 1 de la tarde. Lo que me sedujo de inmediato fueron las mimosas ilimitadas; este servicio más el plato de brunch que uno quiera cuesta 44.000.
El mesero desde el comienzo fue muy cordial y esperó a que todas estuviéramos sentadas para recomendarnos platos. Las mimosas llegaron pronto y las adoré: aquí, en vez de jugo de naranja, le añaden unas bolitas de sorbete de mandarina y ¡el resto es vino espumante!
Como estábamos celebrando los cumpleaños de mis queridísimas allegadas, quisimos despilfarrar. De entrada, pedimos una tostada francesa (15.500) y una tostada con aguacate (9.500). La primera era muy esponjosa y la salsa de frutos rojos era espectacular, pero el mascarpone no me convenció (no lo prueben solo, es como comer mantequilla); la segunda me gustó mucho —nada que tenga aguacate sale mal— pero mis compañeras dijeron que esperaban algo más abundante. También pedí una porción de fruta (4,500) que me decepcionó totalmente: eran tres cuadritos de piña al precio de una piña completa.


El plato más solicitado fue la Ciabatta de todo el día (19.500): mis cuatro comensales se decidieron por él. Pero, como los pidieron con diferentes preparaciones de huevo, no era exactamente el mismo. El huevo revuelto con maíz de X estaba a temperatura perfecta y hace buena pareja con la ciabatta: pan tostadito con tocineta gruesa y ahumada, unos sabrosos portobello, un balsámico toque de tomates rostizados y queso gruyere gratinado. No entraré en detalle acerca de los huevos fritos de C y M porque no hay mucho que decir, solo que estaban muy bien. La preparación ganadora fueron los huevos poché de P que, además de contar con todas las delicias que ya les dije, la cocción estaba en su punto: la clara completamente dura y la yema entre blanda y sólida; además, tenían una salsa holandesa encima, cremosa y sutilmente ácida.

Yo, para darle un poco más de diversidad al asunto, me fui por los Huevos Shakshouka (21.500). Al principio, me parecieron suculentos, tenían un fuerte sabor a tomate, mucha textura y el huevo era duro: una gran decisión para este plato. Tenía una generosa porción de pan de centeno fresco y agradable. El problema fue que, con el tiempo, me cansé del sabor: el plato es tan grande y de sabor tan fuerte que terminé saturada.
También pedimos unos americanos y estaban buenísimos: se notaba la calidad del café solo con el aroma. El mesero, Christian, luego nos explicó que era un café orgánico del Huila: me parece excelente que apoyen alimentos locales. Como supieron que celebrábamos cumpleaños, nos obsequiaron un ponquecito de dátiles y caramelo. Yo detesto esa fruta y este postre me pareció delicioso, no era perfumado, ni hostigante, ni muy dulce.
El problema es que a la mitad de la comida, a una de las convidadas le dio por exponerme; no les había explicado claramente que la idea de mi blog es el anonimato y le contó al mesero quién era yo. Eso sí, la atención desde el primer momento fue excelente; pero después de eso, fue aún mejor. Y eso no es lo que quiero, porque ¿dónde quedan mis otros nietos que comen sin privilegio alguno?
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Es evidente que detrás de un "nombre" empieza a ocurrir una parafernalia (para que uno termine hablando bien de los restaurantes) y esa no es mi idea. De ahora en adelante, seré más explícita con mis invitados respecto a esto y seguiré escribiendo al mejor estilo de Clark Kent.

Con respecto a la decoración, siento que aún le falta algo. Creo que todavía no está del todo terminado: el baño queda en el segundo piso, donde hay herramientas de construcción y espacios vacíos. En la terraza del fondo, que fue donde nos sentamos, hacía muchísimo calor y le falta más vivacidad a los jardines. Por dentro es mucho más lindo, elegante y relajado. Sin embargo, es un lugar muy tranquilo y cómodo (como tiene que ser, después de todo, uno puede tomar mimosas durante cuatro horas seguidas).
Sin embargo, repito que la atención estuvo muy bien incluso antes de esto y es un lugar que deberían visitar. No sé cómo será su menú de almuerzo y comida, pero la propuesta de brunch es magnífica.
Calificaciones de los otros comensales
C: 5
P: 4,7
X: 4,8
M: 5
Tips viejecitos
Si pueden, dénse una vuelta por el sector, es muy agradable y me encontré por ahí una van que se parquea y vende flores preciosas.
Me parece realmente barato el servicio de mimosas: en general, una sola cuesta de 10 a 20 mil pesos en cualquier lugar. Sólo vayan temprano para que puedan aprovechar más.
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