Para todo mal, mezcal... para todo bien, también
Gringo Cantina El Retiro
Calle 80 # 12A - 29
Comida mexicana
La sazón: 4,5
La atención: 4
La ambientación: 4,1
La relación costo/beneficio: 4,3
Precio promedio por persona: 25 - 35 mil
El Cinco de Mayo se ha convertido en la celebración mexicana más importante en Estados Unidos. Feliz coincidencia, dado que este mes mi recomendado es un restaurante mexicano creado por un gringo. Pero no sean prejuiciosos, que acá no ofrecen esa espantosa fusión tex-mex, sino comida mexicana auténtica.
La primera vez que fui, Gringo Cantina tenía mucha más pinta de bodega: tal vez porque apenas había abierto y aún no habían terminado los últimos detalles. Pero ahora es un sitio colorido, que resalta. Las mesas, pintadas en tonos pasteles, están decorada con flores; las paredes están adornadas con letras imponentes, banderas y una virgencita.
Fue muy grato que los meseros se aproximaran con presteza, ofreciéndonos cócteles de una vez —ustedes saben que eso me hace infinitamente feliz—. Lo frutal y dulce del Flor de Oaxaca (24.500) se matizaba con el chile en polvo y el inigualable regusto ahumado propio del mezcal. Aunque el Sophia (24.500) tenía el deje amargo del Campari era, más que todo, cítrico y refrescante: perfecto para días soleados como aquel.
Iniciamos con unos Chilaquiles (12.500): el huevo proporcionaba una gran textura por su clara firme y yema blanda, los totopos eran gruesos y crocantes; además, el suero le agregaba un toque de cremosidad. Las salsas verde y roja, bien espesas, llevaban la cantidad exacta de picante.
Luego probamos la Tostada de panza de puerco (9.500) que, por estar hecha con masa de maíz, tenía un sabor mucho más acentuado. La cama de guacamole fresco era liviana y los rábanos encurtidos brindaban acidez. El cerdo, además de no sentirse pesado, guardaba un excelente gusto acaramelado.
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Cuando quisimos pedir los tacos, me impresionó que la mesera nos sugiriera los que a ella le gustaban más: esto indica que los preparan bien para su labor, haciéndolos probar todos los platos. Creo que estos son los primeros tacos que pruebo con tortillas de maíz, en vez de harina, y la diferencia es muy clara. Además de evidenciar un trabajo artesanal, estas tortillas de maíz eran gruesas, firmes e, indiscutiblemente, de un sabor mucho más complejo.
La carne del taco de Pescado (6.500 unidad) estaba tierna y el apanado muy crocante. El repollo era fresco y la salsa de chiles, delicada: el picante era apenas perceptible. El de Morrillo (6.500) era agridulce, tenía una buena capa de grasa y la carne estaba tan bien hecha —la cocinan durante 12 horas— que se deshacía al tacto. El taco de Pollo frito (5.500), crocante por fuera y suave por dentro, fue uno de mis favoritos: tiene toda la potencia y solidez que yo espero de un buen pollo apanado.
Nunca había probado un taco de Nopal (5.500) y me decepcionó. Si bien su textura es agradable, es bastante insípido y el arroz, también desabrido, no le ayuda para nada. Creo que la foto no le hace justicia al de Carne Asada (5.500): sabía bastante a carbón, pero era blando y fácil de comer. Finalmente, el taco Al Pastor (6.500) fue otro de los ganadores: tenía mucho cuerpo y estaba perfectamente sazonado. S, que es docto en comida mexicana, dice que es idéntico al tradicional.
En Gringo Cantina encontrarán excelente comida a buen precio. Es una maravilla que los platos sean pensados para compartir —a menos de que sus invitados sean golosos y egoístas— y las porciones sean de tamaño bocadito. Encima, es uno de los pocos restaurantes mexicanos del que no salí llenísima y con ganas de morir después de unas horas.
Calificaciones de los otros comensales
S: 4,5 "Mi único reparo fue que no tenían la sopa de Pozole."
Tips viejecitos
Si no se las traen, no olviden pedir la salsa picante de berenjenas ahumadas, ¡es fabulosa!
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